El Grupo municipal del PP de Bilbao denuncia la falta de empatía del Ayuntamiento de Bilbao con los vecinos ante el auge de la inseguridad en las calles y barrios de la Villa.
Para el PP hay 3 asuntos que requieren de manera urgente ser tratados y solucionados de manera inmediata:
1. Situación de protesta laboral de los policías municipales, problemas y retrasos en la incorporación de los interinos previstos y el uso y abuso de agentes en prácticas.
2. Dispositivo especial de seguridad de Aste Nagusia que está en el aire por cuestiones relacionadas con el asunto anterior y también por lo excepcional de este año tras dos años sin fiestas y la inseguridad en pleno auge.
3. Oleada de robos y asaltos a viviendas, unido a la okupación en varias comunidades de vecinos de la calle San Francisco, con los vecinos totalmente indignados y la impotencia de los policías municipales y ertzainas que trabajan en la zona.
Las cuestiones anteriormente mencionadas deben ser resultas de manera eficaz e inmediata, “los bilbaínos no podemos esperar a que el gobierno vuelva de sus vacaciones para decidir que hacer con un problema que se acrecienta día tras día” declara la portavoz popular Raquel González.
Varias han sido ya las manifestaciones de vecinos de diferentes barrios de Bilbao pidiendo al Ayuntamiento un mayor compromiso en materia de seguridad. Peticiones desoídas por el alcalde, la concejal de Seguridad y todo el equipo de gobierno.
“Ni se han reunido con ellos, ni han tomado medidas, ni si quiera se han dignado a hablar con los propios vecinos de las zonas afectadas para conocer sus problemas y preocupaciones” declara Raquel González, portavoz del Partido Popular de Bilbao.
Arabella, Zurbaranbarri, Sarrikue, Atxeta, Uribarri, Santutxu, La Peña, Zorroza, Casco Viejo, Zabalburu, Atxuri, Abando… Y otros tantos vecinos de diferentes barrios que han salido en manifestación a protestar contra el aumento de la inseguridad en las calles ante la pasividad del ejecutivo.
El equipo de gobierno no quiere aceptar la realidad y prefiere seguir viviendo en su “Oasis Vasco”, mientras los vecinos de Bilbao y los propios agentes de la autoridad sufren la pasividad del ejecutivo